
Soy el malo de la película.
No importa todo lo que en algún momento hice por ti.
No importa cada grito ahogado que tuve que padecer al descubrir tus engaños.
No importan esos cientos de noches llorando con mi almohada, rogándole a un Dios en el que no creo tanto que abrieras los ojos y dejaras de serme infiel.
No importan las marcas en mi pared provocadas por tantas veces en las que estrellé mi puño contra ella, recriminándome por no tener el valor de terminar una relación cuya lealtad no existía por tu culpa.
No importa que no tuviera el dinero necesario para ir a terapia y que me hubiera sentido el rey de la hipocresía al desahogarme en la iglesia, con un sacerdote que me repetía que no era cierto mi pensamiento de que nadie nunca me volvería a querer si te dejaba ir.
No importa, nada importa, porque nadie nunca supo nada de eso.
Y yo podría hablar. Yo podría revelar todo lo que me hiciste y demostrarle al mundo el tipo de persona que eres.
Pero no lo hago.
Ni lo haré.
Entonces, no importa. Nada importa.
Porque tú le diste tu versión de los hechos a todos.
Y te creyeron.
Entonces, no importa.
Porque soy el malo de la película.
Porque soy demasiado bueno.
No importa todo lo que en algún momento hice por ti.
No importa cada grito ahogado que tuve que padecer al descubrir tus engaños.
No importan esos cientos de noches llorando con mi almohada, rogándole a un Dios en el que no creo tanto que abrieras los ojos y dejaras de serme infiel.
No importan las marcas en mi pared provocadas por tantas veces en las que estrellé mi puño contra ella, recriminándome por no tener el valor de terminar una relación cuya lealtad no existía por tu culpa.
No importa que no tuviera el dinero necesario para ir a terapia y que me hubiera sentido el rey de la hipocresía al desahogarme en la iglesia, con un sacerdote que me repetía que no era cierto mi pensamiento de que nadie nunca me volvería a querer si te dejaba ir.
No importa, nada importa, porque nadie nunca supo nada de eso.
Y yo podría hablar. Yo podría revelar todo lo que me hiciste y demostrarle al mundo el tipo de persona que eres.
Pero no lo hago.
Ni lo haré.
Entonces, no importa. Nada importa.
Porque tú le diste tu versión de los hechos a todos.
Y te creyeron.
Entonces, no importa.
Porque soy el malo de la película.
Porque soy demasiado bueno.
Imagen: kygp en Flickr
Wow.
ResponderBorrarOsea.
WOW.
En serio, ¿sabes ese momento en el que ves o lees algo y los pelos se te ponen de punta? Sentí ahora mismo un escalofrío, pero de los buenos, porque esto que has escrito es demasiado bueno.
Transmite. Y mucho.
Muchas gracias por compartilo. Muy profundo, me ha encantado.
¡Un besito!
Se me había pasado esta entrada tuya.
ResponderBorrarMe has dejado boquiabierta.. Escribes muy bonito y muy profundo, emanas dolor, desilusión y sufrimiento ocultos entre tus letras.
No dejes de escribir, vuélcalo aquí.
Besos.
Ey, no pago internet para ponerme triste y recordar al mamon de mi ex cuando decia que yo era la puta de la relación y la olvidadiza cuando el fue bien mamón :(
ResponderBorrarTe sigo, no mas para deprimirme mas.